Cartagena a todos enamora con sus historias, y las páginas de su libro de leyendas están abiertas para que escribas en ellas tu nombre. Puedes empezar firmando este maravilloso relato con la gastronomía local repleta de sabores legendarios, mágicos, autóctonos e internacionales. Lo mejor es que los restaurantes cartageneros se emplazan en calles históricas, así que mientras te sorprendes con cada receta nueva, que ni te imaginabas que existiera, vas recorriendo todas las rutas del Centro Histórico.
Hemos reducido estos restaurantes a un mínimo por razones de espacio. Aquí están los más comentados, bien sea por opinión popular, tradición o por que han sido glorificados por voces de autoridad. Como quiera, en esta colección no te han de faltar ni los mejores cortes de carne roja, ni el pescado ni el marisco; tampoco estarán ausentes la comida vegetariana, oriental, francesa, árabe, peruana, la parrilla, el buen vino ni mucho menos los platos locales más típicos.
Carmen
El amor está en los detalles, reza el eslogan del restaurante Carmen. Aunque el diablo también está en ello, teniendo al diablo con su lado positivo, desde luego, con otra interpretación menos mística: conocimiento.
Y aquí esas dos cosas abundan. El amor lo pone Carmen y el conocimiento, el diablo de la cocina, va por cuenta de Rob Pevitts el genio detrás de las fascinantes preparaciones. Para degustar maravillosos platillos dotados de increíble técnica y sabia disposición de aromas, texturas y colores, en Carmen contarás con un magnífico recinto de tres espacios; el aljibe (fresco, natural y al aire libre), el salón (entre lámparas con forma de gotas, inmobiliarios de madera y colores marinos) y el mirador (zona exclusiva que alborota el cabello y las polleras con la brisa del mar).
Ubicada en la calle del Cuartel, no te pierdas de esta espectacular propuesta culinaria donde prima un menú saludable, exquisito y muy contemporáneo.
1621
En el Hotel Sofitel Legend Santa Clara, se encuentra uno de los restaurantes con más clase de la Heroica. En la calle del Curato, (en frente está la residencia de Gabriel García Márquez), donde antes las monjes clarisas tomaban sus almuerzos y cenas, hoy se rediseña el espacio en una amalgama de leyenda, culinaria de clase mundial y gran pasión por el vino y los buenos cortes ¿necesitas más? 1621 pone un claro acento en la elegancia y la exclusividad por eso se precia de tener entre su staff a un chef ejecutivo de renombre y a un sommelier, el experto del vino, que te acompañará en cada decisión para obtener el mejor maridaje frente a los fabulosos platillos.
1621 es un restaurante que fusiona la Colonia y la modernidad, no solo en lo decorativo, sino también en lo culinario, y eso sobra decirlo cuando estamos frente a preparaciones como el canelón de cangrejo y verduras en salsas de mariscos; el magret de pato con melocotón asado, arracacha y brioche al vapor, o la sopa de mandarina con cake de zanahoria y helado de coco. Ellos hacen una apuesta por el arte, y tú apuestas, a lo seguro, por el buen gusto. Recuerda que 1621 abre de lunes a domingo y solo abre para las cenas.
El Burlador de Sevilla
En la calle de Santo Domingo se reactualiza el mito de Don Juan, versión restaurante, cuando menos su nombre hace alusión a la magistral obra española. Y hacia allá nos dirigimos, donde un pedacito de España, enhorabuena para los nostálgicos de su tierra, aguarda con promesas de hogar: deliciosas entradas españolas, tapas, ensaladas, sopas y paellas (incluyendo la mejor paella de Cartagena).
El sabor es auténticamente ibérico, nos dicen que los embutidos y los quesos son traídos directamente de la Madre Patria, y para acompañar las exquisiteces presentes, nada mejor que las sangrías, los vinos y los cocteles marca registrada de El Burlador. Pero eso no es todo, también nos espera un auténtico show flamenco cada noche.
Montmartre
No hay que hacer un viaje de miles de millas para sentirse en Francia. En Cartagena, en plena calle colonial que es toda una encrucijada ―situado en tres esquinas, también será una encrucijada decidirse por tu plato―, hay un pedacito de Francia, un bistró que desea recrear la atmósfera bohemia y artística del maravilloso y tradicional Montmartre (cuna parisina de grandes escritores, músicos y pintores).
Tendrás a disposición delicadas preparaciones que consienten el estómago y el corazón en concurso con los más destacados insumos culinarios del Caribe: magret de pato, camarones en risotto, entrecot de res con ratatouille, etc. El paté de la casa, la entrada recomendada. Pequeño, elegante, acogedor, íntimo, palabras que invitan a pasarla en pareja o con la familia teniendo siempre la certeza de una atención impecable. Acércate a la calle del Santísimo para que puedas luego decir que estuviste en tierras francesas, ¿no es así de una u otra manera?, puedes dejar tu chequera en casa, Montmartre es generoso en precios aun cuando te ofrecerá platillos de gran clase. Est simplement fantastique.
La Cocina de Pepina
La casa se quedó algunos kilómetros atrás, pero la Cocina de Pepina te atiende como si fuera tu mamá, tu tía más alcahueta, tu querida abuela o bisabuela. Lo de Pepina es calor de hogar e inconfundible sazón local con los mejores platillos del caribe y otros sacados del libro de cocina criollo. Y ese sabor de casa solo se logra con un recetario de la tierra: la huerta, el mar y las ciénagas dan todo lo necesario para satisfacer hasta los paladares más exquisitos.
En palabras más sencillas: Doña Josefina Yances te va es a consentir, mientras se dirige al rescate de los platos de la región (Montería, Córdoba y Bolívar), extrañamente poco conocidos, pero una vez consumidos, francamente inolvidables. Entre muchas cosas, te esperan estas delicias: mote de queso, camarones con salsa de aguacate y vinagreta, cabeza de gato (no es un minino lo que se ha cocido, respira tranquilo), caldereta de camarones, mojarra frita con todos sus acompañantes (su arroz con coco está pa’ chuparse los dedos). Busca la Cocina de Pepina en el callejón Vargas, barrio de Getsemaní; conspiración perfecta, apenas para dar un paseo bien bohemio mientras digerimos el banquete de la cocina caribeña de verdad verdad.
Portón de San Sebastián
En el Portón de San Sebastián saben muy bien que un cliente feliz es un cliente fiel. Situado en la calle 35 No. 3-63, a unos cuantos metros de la magnífica plaza de Santo Domingo, este restaurante no tiene grandes pretensiones más que las de brindar un excelente servicio y ofrecer suculentas preparaciones, todo en el marco de un ambiente familiar.
Destaca la comida caribe y colombiana en sus mejores variantes, tiene pocas mesas y por ser un lugar muy popular, la necesidad de reservar un puesto se hace imprescindible. De hecho, su fama puede deberse a la abundancia que traen los platos servidos, como para desabrocharse un poco el cinturón. Hay gran variedad de recetas y puedes optar, por solo mencionar algunos, por gambas al ajillo, una cazuela de mariscos que es precedida por su fama, salmón, espaguetis con camarones con una buena copa de vino, y para coronar la faena un delicioso pie de coco. ¿Y lo que más gusta en el Portón de San Sebastián? Los precios.
Di Silvio Trattoria
Una de las nuevas propuestas culinarias de la ciudad, que cada día crece debido a su servicio y a sus fantásticas preparaciones. Mientras te relajas con la música en vivo, investiga bien este menú italiano: pasta de mar, pollo trattoria, pulpo, langosta, mariscos, langostinos y pesca local con pasta y quesos italianos, ni hablar de sus salsas, semejante combinación nunca antes vista. ¿Y pizza? claro que sí, y de las mejores: cuatro quesos, caribe, cartagenera, etc. No sería educado darse placer con la mesa italiana sin la compañía de una buena copa de vino, échale también un vistazo a su buena carta de vinos.
Actualmente Di Silvio Trattoria cuenta con dos sedes ubicadas en el sector de Bocagrande y en la calle de La Sierpe en el cultural barrio de Getsemaní. Sus precios son adecuados para todos los bolsillos pero es mejor tener paciencia si el lugar está abarrotado, cosa que puede pasar los fines de semana y en temporada alta, por tanto, las reservaciones se vuelven obligadas.
Cuzco
La comida peruana no necesita carta de presentación alguna. Y Cuzco bien que mantiene en lo alto el nombre de la cocina inca. Ubicado en una preciosa casa colonial de la calle Santo Domingo, en este distinguido restaurante puedes deleitarte con entradas frías (no pueden faltar las tradicionales causas, un platillo con mucho sabor e historia), los ceviches más famosos del mundo, platos fuertes comprendidos en pastas, carnes en exquisitos cortes y arroces con la peculiaridad y exuberancia de los frutos de mar y la sazón peruana, y los postres… toda una locura en el paladar.
En Cuzco te las verás con una atmósfera romántica, música suave, luces tenues… ya te van llegando buenas ideas.
Perú Fusión
Un pequeño corazón del Perú hizo sus maletas en búsqueda del calorcito caribeño, y a cambio de nuestra hospitalidad decidió regalarnos unas imponentes y célebres preparaciones con más de cinco milenios de tradición. En la calle de Ayos encuentras este pequeño recinto dotado de lo justo para que destaque el servicio, la elegancia y el buen gusto.
Las cúbicas luminarias que penden del techo parecen una vieja y desordenada partida de Tetris, y lejos de parecer extraño, el detalle le da un toque vanguardista al decorado. En esta interesante atmósfera podrás degustar de arroz limeño, mariscos y otras fusiones interesantes con los ingredientes locales. Otros platillos (sushi, makis) de inmediato los reconocerás como orientales, algo perfectamente entendible, considerando la fuerte influencia japonesa en la gastronomía peruana.
Caffé Lunático
Caffé Lunático abre sus puertas, de lunes a sábado, en una colorida y florida casa colonial de la calle del Espíritu Santo. Su encanto consiste en su atención y en su carta que te invitará a estar entre sus espacios todo el día: para saludar la mañana con el desayuno, con las armas listas a la hora del almuerzo, el paladar ansioso en el momento de la cena y el cuerpo dispuesto para el resto de la noche con los licores de la casa. Por todo lo anterior, resulta perfecto para estar en familia, con los amigos, o para saborear la tarde en solitario con un café entre los labios.
La comida es variada, la hay vegetariana, gourmet, fusión caribe, o de mar. Apartado especial lo merece su saludable comida rápida, aunque esto parezca una contradicción, no lo es. Dos chefs, el uno catalán y el otro colombiano, se ponen a prueba para ofrecer una gran variedad de platillos y pequeñas tentaciones en un sabroso contrapunteo donde los asistentes son absolutos ganadores. Caffé Lunático abre hasta tarde, los platos fuertes luego ceden su espacio a la carta de cocteles; la cerveza vuela de mesa en mesa y la música sube un poco más de volumen, de allí a prender la noche quedamos a un solo paso ¿o trago?
Saint Roque
Saint Roque es una clara alternativa al resto del catálogo culinario cartagenero: solo sirve comida oriental, el recetario indonesio es el que manda en las ollas y sartenes (la sazón es picante, valga la mención). Saint Roque es muy sereno, pequeño y exclusivo, justo para pasarla en pareja.
Tiene algunas mesas al aire libre, dispuestas sobre una porción de la calle del Espíritu Santo en el barrio Getsemaní. Por su parte, Gerard, el dueño y anfitrión, te hará sentir de manera espléndida, de paso que siempre te orientará por la mejor selección según tus gustos y necesidades. Saint Roque abre de lunes a sábado desde las cinco de la tarde hasta bien entrada la noche, por lo que es buena excusa para tomarse unas copas. El servicio no tendrá ni un lunar.
Bacco Trattoria
El país de la bota se hace sentir en Cartagena con un recinto dedicado a su tradición y sus fabulosas recetas, incluyendo una de las mejores cartas de vino de la Heroica (lo de Baco, el dios romano del vino, no es gratuito); asimismo, su segundo nombre, trattoria, es sinónimo de reunión familiar, de compartir recetas y de querer volver a reunirse una vez más.
Y como la pasta italiana le gana a cualquier contendiente en su menú, aquí los platillos fuertes tienen por principal componente esta deliciosa materia prima que todos aman. Aunque también encontrarás ensaladas, antipastos, mariscos y crocantes y delgadas pizzas. Esta fiesta italiana llamada Bacco Trattoria la puedes ubicar en el histórico barrio de San Diego, específicamente en la calle Quero.
Restaurante Alma
Los propietarios le han puesto el alma a este templo de la culinaria. Cada detalle entra en perfecta armonía, desde el pulido mobiliario, las lámparas, los espacios vitales para los comensales, los ornamentos florales, hasta la sabia y elegante disposición de los platos. Pero que sean tu vista, tu tacto y tu paladar quienes juzguen, entretanto nos mantenemos en nuestra afirmación: en lo que nos respecta, Restaurante Alma es una pequeña obra de arte.
Alma se encuentra Ubicado en el Hotel Casa San Agustín, en el centro de la ciudad, en una preciosa joya colonial de dos plantas que por dentro se convierte casi que en un palacio. Contando con música en vivo, este restaurante te brinda una delicada y glamorosa presentación de sus selectos platillos, por eso en Alma una cena sorpresa para tu pareja será un detalle inolvidable. Así que ve ajustando el presupuesto (el valor promedio por platillo es de 50.000 COP). Acércate a este imperdible gastronómico bien sea para almorzar, cenar, o saludar la noche al calor de los fragantes y exclusivos vinos de su bodega. Alma te dejará con ganas de un poco más.
Carbón de Palo
La enseña del bar nos aproxima a la realidad. Pasión por los asados. Mejor dicho, Carbón de Palo es una parrilla bar o churrasquería, como preferirán otros llamarle. Pero no encontrarás ese tipo de parrilla que se hace en el patio de la casa, con el perdón de los amantes de la parrillada hogareña, no, aquí lo que sobra es estilo, sabor y dominio de las carnes al carbón.
En la avenida San Martín, Carbón de Palo deleita a los carnívoros con bife de chorizo, chimichurri, lomo encebollado, baby beef, o la espectacular bandeja Carbón de Palo. El maridaje para la ocasión bien lo puedes hacer con los selectos vinos de la casa, o si quieres, como todo buen comensal del tres cuartos, puedes pasar tu bistec con cerveza bien fría. Los precios superan un poco el promedio pero lo valen por todo lo anterior mencionado. ¿Otra razón para la visita? En las noches hay música en vivo.
Stefano’s Bistró
Stefano’s Bistró, sobre la calle de La Magdalena, es y seguirá siendo uno de los restaurantes preferidos en Cartagena. Y es que dada su correlación de calidad y precios —su menú es variado, sirven porciones más que generosas, consintiendo a cada selecto comensal— este restaurante es realmente un indiscutible referente para locales y turistas, considerando que te ofrecen un gran plato con todo lo que debes de necesitar para asaltar la hora del almuerzo.
Puedes elegir un “todo incluido” entre mojarra, posta cartagenera, cazuela, ceviche mixto, camarones al ajillo, filet mignon, etc. Para pasar una agradable noche, o para hacerle frente al hambre, sin gastar mucho, justo cuando vas a empezar con las numerosas actividades que te depara la Heroica, Stefano’s Bistró es una gran elección.
Agua de Mar
En Agua de Mar, en la calle del Santísimo, puedes encontrar comida mediterránea, española y caribe, poniendo el acento en la carta europea. Aquí algunos de los ofrecimientos: gazpacho, mariscos, tapas, pez león, pulpo a la gallega, ceviches, etc. Por otro lado, los licores, a consideración de sus clientes, son fenomenales, en especial la rica gama de cocteles donde cobra protagonismo el ginebra (sus gin tonics son ya famosos en toda Cartagena), por eso algunos lo consideran uno de los pocos gin bar que existen en nuestro medio.
Al respecto, no creemos exagerar si vaticinamos que no pasará mucho antes de que el restaurante pase a la historia como un auténtico clásico en cocteles. En contraste, el decorado y el mobiliario no desean ser llamativos, salvo la lámpara de su entrada, su comida y la atención son los que se roban el show y comparten la fama.
Quebracho
Si vas por el Centro Histórico y el aroma de la carne al carbón te llama poderosamente tal como lo hiciera una sirena con un marinero, no te detengas, sigue la estela aromática, porque vas por buena corriente. Estás por llegar a la calle Baloco, donde Quebracho ya tiene todas las carnes en el asador. En el hermoso pórtico de pilastras saluda un pequeño bovino con cencerro a bordo, guarda la calma, no pasa de ser un elemento decorativo. (Esto nos termina por convencer, no es un lugar apto para vegetarianos).
Si la cuestión es de hambre Quebracho es lo tuyo, y el “chanchito al asador” no puede escapar de tus cubiertos. Ahora bien, para darle gusto a otros paladares, el restaurante también oferta diferentes preparaciones con carnes blancas que involucran mariscos y pescados que, con poca diferencia de tu entrada, también picaron el anzuelo. Y como el ambiente es argentino ―a que ya tenías la ligera sospecha―, las noches de suculentas bandejas, buen vino y sangrías se engalanan de tangos y otras melodías gauchas en vivo.
La Mulata
No hay equivocación con el nombre y con la comida aquí servida, La Mulata ofrece lo mejor de la carta típica cartagenera sin olvidar las mejores preparaciones de otros mitos culinarios colombianos. Cuenta con una muy buena ubicación, cerca del casco viejo de la ciudad, para seguir con el descubrimiento de esta historia legendaria llamada Cartagena: se encuentra en la calle Quero, en el barrio más colonial del Corralito de Piedra, San Diego.
Su mayor atributo estriba en que el sabor de la huerta caribe y el mar confluyen en un solo fogón: plátanos, aguacates, ñame, ají, mangos, cocos, langostas, mariscos, pescados, pulpos, caracoles y las mejores carnes de la sabana… Qué se puede obtener de todo ello juntándolo en los calderos de La Mulata. Ya tendrás la respuesta certificada. Te sobrarán razones para dejar que sea éste tu restaurante de cabecera. Y los precios… al alcance de cualquier billetera que se sepa administrar.
Nautilus Plaza
En una ciudad de indiscutible raza naval, el nombre de este restaurante nos recuerda a la embarcación submarina del capitán Nemo. Y aunque no vas a descender en las aguas caribeñas para realizar un viaje de 20 mil leguas, si te vas a entretener un muy buen rato con un lugar que rinde honor a la cultura del mar y sus navegantes. Nautilus Plaza se encuentra en la calle San Pedro Mártir en una bella edificación de tres plantas con un interior que más bien parece la de un lujoso bergantín; la estatua de un hombre a escala real, con escafandra incluida, te dará la bienvenida a esta interesante experiencia.
No nos equivocamos al afirmar que este quizás es el restaurante con el decorado más original de Cartagena, sumémosle a esto la fantástica cocina que se cuece cada día en sus fogones. Ni nos molestamos en enumerar algunos de sus platos, todas las preparaciones clásicas caribeñas aquí están a la orden del día.
La Cevichería
Irte de Cartagena sin comerte un buen ceviche, es como no haber estado en la ciudad. Y es en serio. Por eso te recomendamos visitar la calle Stuart donde están los amos y señores del mejor ceviche cartagenero. Prepara tu boca para comer mariscos en abundancia, con mucho ají y con el clásico “combinao”: galletas saladas tipo Saltín. Aunque si pasas de los frutos de mar, en este popular restaurante también encontrarás arroz con camarones, arroz vietnamita, pulpo y langosta en maravillosas variantes, suculentas cremas de pescado, entre otras delicias caribeñas.
Para los amantes de la comida de mar esta es indiscutiblemente una parada obligada, por tal motivo conserva un poco de paciencia y mantén la calma si llegado el caso La Cevichería está a reventar; el lugar cada vez cobra más fama y adeptos que no quieren perderse de su plato picante de ceviche, mejor si aguardas un poco o reservas. La recompensa no tiene costo.
Brujas de Cartagena
Hay brujas en Cartagena, pero no sobrevuelan el despejado cielo en escoba y con sombrero puntiagudo. Vienen directo del Perú y solo saben de sorprender paladares. La verdad es que son brujas de las buenas. Para salir al encuentro con esta épica visión de fuertes militares que resistieron el avance de piratas, a nuestros hermanos del sur se les ocurrió condimentar la ciudad con un poco de mitología y leyenda peruana.
O si no pregunta a los anfitriones de este interesante restaurante por las “brujas de Cachice”, y mientras te informan ve pidiendo ají de gallina, algún ceviche marca registrada de la casa, tiraditos o un típico arroz chaufa, lo que quieras. Lo mejor de Brujas de Cartagena recae por cuenta de su cocina experimental: la cocina de autor que busca rescatar los platillos de la casa andina para fusionarlos con ingredientes del Caribe y algunos europeos. Además, Brujas de Cartagena, ubicada en la Playa de la Artillería, cuenta con una de las mejores vistas para disfrutar de un almuerzo o de una cena: una terraza amoblada exquisitamente para disfrutar de las murallas y el mar.
Az-azahr
Si buscas comida árabe, mediterránea o vegetariana, no tardes en darte una vuelta por la calle de La Artillería, allí te aguardan los secretos culinarios de Az-zahr: sus sabores te trasladarán al Mediterráneo y al Líbano; esos mismos sabores se precian de quedarse prendados en la memoria, dejando ese delicioso regusto en la boca que hechiza y que hace que los comensales deseen repetir. Si no es hoy, será mañana.
Pero habrá que repetir. Los insumos de su cocina de seguro te sonarán exóticos, otros los habrás oído de pasada, aunque nunca los hayas probado, por tanto, esta se constituye en una oportunidad única para consentirte con algo incomparable y exquisito. Az-azahr, en una ciudad resueltamente rebosante de sorpresas, es una maravillosa alternativa al resto de propuestas gastronómicas, un alto en el camino para repensar los gustos. No dudes en darle una probada.
Club Náutico
Poéticos y cálidos atardeceres, espléndidas cenas, un toque de glamour y muchas historias de piratas. De todo un poco encuentras en el Club de Pesca, lo de las historias de piratas viene a cuento porque efectivamente este restaurante, uno de los más reconocidos de Cartagena, emplaza sus actividades sobre un viejo e imbatible fortín militar: el Fuerte San Sebastián de Pastelillo, con algunos siglos de historia en su haber, y muchas leyendas de corsarios para ser reveladas. Por su lado, el Club Náutico de Cartagena cumple ya con sesenta años de gran tradición y sabor ofreciendo eventos, fiestas de cumpleaños, ceremonias de matrimonio y alimentando el buen gusto frente a la imponente vista de la bahía; de sus incontables preparaciones (realmente son muchas) el restaurante oferta ceviches con el toque especial de la casa, deliciosas ensaladas como la de salmón, la ensalada mar caribe y nombres que habrá que probar como el takami de atún, la jaiba de las Islas del Rosario, escalopes con pimienta verde y langostinos en faltriquera.
Asimismo, su amplio menú tiene un apartado exclusivo denominado La especialidad del mar, con solo leer los platillos el apetito ya se pone poco amistoso: langostinos rebosados con wasabi, filete de pescado con risotto de ahuyama, mariscos a la cartagenera, risotto de cangrejo y brotes bambú, festival de mariscos, etc. Si te cansan los frutos de mar, también encontrarás otras carnes de pescados, aves de corral e incluso comida vegetariana.
El Gobernador by Rausch
Exclusivo, elegante, exquisito, algunas palabras para El Gobernador (calle del Sargento Mayor) que empiezan por la misma letra de excelencia. Laureado por su condición de calidad, su decorado y sus sorprendentes muestras culinarias, este restaurante no dejará a nadie decepcionado.
La atención de sus meseros y la prontitud de las preparaciones es un aditamento para pasar una velada de ensueño. Con brillantes entradas que anticipan platos fuertes como el fetuccini negro con langostinos o langosta con puré ahumado y espárragos y postres como las milhojas de nutella Eso sin mencionar una fabulosa carta de vinos y unos cocteles fuera de serie. Todo listo para ponerse de pie y a aplaudir a los hermanos Rausch que ya son toda una marca de distinción.
La Paletteria
Hace calor ¿quién dijo paleta? ¡Vamos a La Paletteria! Apenas cuando el sofoco aprieta cada fibra del cuerpo, esta fenomenal tradición italiana sale al rescate con todos sus sabores y con las mejores coberturas. El bonus track de nuestros restaurantes no es técnicamente un restaurante pero es un increíble refresco para los que se empiezan a derretir con la temperatura cartagenera.
Esta heladería, de paletas con todas las letras muy bien puestas, es una de las más populares y reclamadas por locales y turistas. Ubicada en la calle de Ayos, La Paletteria ofrece un insospechado catálogo de tentaciones: hay de todos los sabores imaginados entre paletas de agua, yogurt y leche. No importa lo que elijas, hay que dejarse tentar. Entretanto, te refrescas y vas descubriendo cada rincón de la Heroica, lo malo es que como son tan sabrosas te la vas a acabar muy pronto, y tendrás que regresar por otra nomás doblar la esquina.
Lunes a Viernes de 8:00am a 5:30pm
Sábado de 9:00 am a 1:30 pm
Agencia Pereira:
Lunes a viernes de 8:00 am a 6:00 pm
Sábados de 9:00 am a 1:30 pm
info@cartagenacolombia.com.co
Oficina Bogotá RNT No. 26962
Oficina Pereira RNT No. 15554