Quedarse en el hotel acostado y mirando al techo no es buen plan en una ciudad que tiene tanto para ofrecerte. Para sacarle el mayor provecho a esta privilegiada visita, puedes empezar con un tour por la ciudad que involucre excursiones al Centro Histórico y al Castillo de San Felipe; luego puede venir el sol y el mar en las playas blancas y las islas deliciosas, donde esperan los bronceados canela que dan envidia, los emocionantes deportes náuticos y el imperdible buceo cerca de extraordinarias formaciones coralinas.

Y como en la variedad está el placer, nada mal agendarse al ritmo de los innumerables planes culturales que rondan entre museos, teatros, salas de exposición y los más célebres festivales de literatura y música.